En Ankshu Wellness Clinic, una de las preguntas más frecuentes que recibimos es si existe un pinchazo milagroso o un medicamento que permita perder peso sin esfuerzo. Esta duda ha surgido con más fuerza en las últimas semanas, debido a las noticias en redes sociales y medios de comunicación sobre los fármacos anti-obesidad, como Saxenda o Ozempic. ¿De verdad es tan fácil como inyectarse y listo? La realidad es mucho más compleja, y aquí te explicamos por qué.
Fármacos anti-obesidad: ¿qué son y cómo funcionan?
Estos fármacos, como Saxenda y Ozempic, están diseñados específicamente para personas con sobrepeso u obesidad que presentan ciertas condiciones de salud asociadas. Su función principal es ayudar a regular el apetito y promover una mayor sensación de saciedad, pero esto no significa que el peso se pierda mágicamente. Vamos a profundizar en cómo funcionan y en qué situaciones están indicados.
Los mecanismos de acción de estos fármacos son principalmente dos. En primer lugar, actúan sobre ciertos receptores cerebrales que controlan el apetito, ayudando a reducir la ansiedad relacionada con la comida, especialmente aquella provocada por emociones. En segundo lugar, ralentizan el vaciado del estómago tras la ingesta, lo que da lugar a una mayor sensación de saciedad, permitiendo que el paciente coma menos sin sentir tanta hambre.
Receptores cerebrales y control del apetito
Uno de los aspectos clave en el funcionamiento de Saxenda y Ozempic es su capacidad para influir en los receptores del cerebro encargados de regular el apetito. La reducción de la ansiedad por la comida, especialmente la de tipo emocional, es crucial para muchas personas que luchan con el sobrepeso. Estos medicamentos ayudan a que el deseo compulsivo por comer disminuya, y a su vez, facilitan el control sobre las porciones de comida.
Sin embargo, es importante entender que esto no es suficiente por sí solo. Aunque los fármacos pueden ayudar a controlar el hambre, su uso no debe ser visto como una solución definitiva o aislada.
Ralentización del vaciado gástrico y sensación de saciedad
El segundo mecanismo por el cual Saxenda y Ozempic ayudan en la pérdida de peso es mediante la ralentización del vaciado gástrico. Esto significa que, tras ingerir los alimentos, el estómago tarda más tiempo en vaciarse hacia el intestino, lo que prolonga la sensación de saciedad. Como resultado, la persona tiende a comer menos y a evitar los «picos» de hambre que suelen llevar a comer en exceso o a elegir alimentos menos saludables.
Indicaciones para el uso de fármacos anti-obesidad
Es fundamental recordar que estos fármacos, como Saxenda y Ozempic, no están indicados para todas las personas con sobrepeso. Según la ficha técnica, solo deben usarse en adultos con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, lo que se clasifica como obesidad grado 1, o con un IMC superior a 27 cuando existen otras comorbilidades asociadas, como la hipertensión, dislipemia, diabetes tipo 2, apnea obstructiva del sueño o enfermedades cardiovasculares.
Estos fármacos no deben ser vistos como una opción de uso libre para personas que simplemente quieran perder unos pocos kilos. Además, el tratamiento siempre debe estar supervisado por un profesional de la salud, ya que las dosis deben ajustarse según las necesidades de cada paciente.
¿Es suficiente el fármaco para perder peso?
La idea de que un simple pinchazo con Saxenda u Ozempic puede resolver los problemas de sobrepeso es, sin duda, atractiva. No obstante, la realidad es muy distinta. Estos fármacos, por sí solos, no son suficientes para lograr una pérdida de peso saludable y sostenida en el tiempo. Es crucial combinar su uso con cambios importantes en el estilo de vida, incluyendo una dieta equilibrada y un aumento en la actividad física.
Si no se acompaña de estos cambios, el uso del fármaco puede incluso volverse contraproducente. La falta de ejercicio, especialmente el ejercicio de fuerza y resistencia, puede llevar a una pérdida de masa muscular o sarcopenia, lo que afecta negativamente la capacidad del cuerpo para quemar calorías y mantenerse saludable a largo plazo.
La dieta equilibrada como pilar fundamental
Para que el tratamiento con Saxenda u Ozempic sea realmente efectivo, es indispensable que el paciente adopte una dieta equilibrada. Aunque estos medicamentos pueden ayudar a controlar el hambre y a comer menos, una dieta mal estructurada, alta en azúcares o grasas saturadas, puede sabotear los resultados. Una alimentación balanceada, rica en nutrientes, es esencial para aprovechar al máximo los efectos del tratamiento.
El rol del ejercicio físico en la pérdida de peso
El ejercicio físico es el complemento indispensable de cualquier tratamiento para perder peso, incluido el uso de Saxenda y Ozempic. No basta con reducir la ingesta calórica si no se incrementa la actividad física, ya que el cuerpo necesita movimiento para quemar calorías de manera eficiente y para preservar la masa muscular.
La combinación de ejercicios de fuerza y resistencia es clave. Estos tipos de ejercicios ayudan a fortalecer los músculos y a prevenir la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento o a la falta de actividad.
Efectos secundarios de los fármacos anti-obesidad
Como ocurre con cualquier medicamento, Saxenda y Ozempic no están exentos de efectos secundarios. Los más comunes son de tipo gastrointestinal, como las náuseas, la diarrea y los vómitos, especialmente si no se sigue una dieta adecuada. Estos efectos pueden aparecer durante las primeras semanas de tratamiento, cuando el cuerpo se está ajustando a la medicación, y suelen disminuir con el tiempo.
Consideraciones adicionales sobre la dosificación
La administración de Saxenda y Ozempic se realiza de manera subcutánea, es decir, mediante una inyección bajo la piel, y su frecuencia suele ser semanal. Existen diferentes dosis según el paciente y el fármaco específico que se esté utilizando. Es muy importante que la dosis se ajuste de forma gradual, lo que permite que el cuerpo se adapte al medicamento de manera más tolerante y minimiza el riesgo de efectos secundarios.
En resumen, no existe un «pinchazo milagroso» que por sí solo haga que una persona pierda peso sin esfuerzo. Aunque fármacos como Saxenda y Ozempic pueden ser herramientas eficaces, estos deben ir acompañados de una dieta equilibrada, ejercicio físico regular y seguimiento médico especializado.
FAQ
La mayoría de los pacientes comienzan a notar efectos en las primeras semanas, pero los resultados varían según cada individuo.
Si no se realiza ejercicio, es posible que se pierda masa muscular en lugar de grasa, lo que puede ser perjudicial a largo plazo.
No, es necesario seguir una dieta equilibrada y adecuada. Los efectos del fármaco pueden verse limitados si no se mejora la calidad de los alimentos que consumes.
No. Solo están indicados para personas con un IMC mayor de 30 o con un IMC mayor de 27 que presenten comorbilidades como hipertensión, diabetes o apnea del sueño.
Usar estos fármacos sin supervisión médica puede llevar a efectos secundarios graves. Siempre debe haber seguimiento de un profesional.
