¿Te sientes hinchado, cansado, inflamado? Tal vez tu alimentación tiene la respuesta
¿Notas que tu cuerpo no responde como antes? ¿Te levantas con molestias, digestión pesada o hinchazón que no sabes de dónde viene? Tranquil@, no estás sol@. Muchas veces, lo que comemos está directamente relacionado con cómo nos sentimos. Y sí, la inflamación silenciosa está detrás de más síntomas de los que imaginas.
En Ankshu Wellness Clinic, muchas personas llegan con malestar, sobrepeso o fatiga… y tras revisar su alimentación, descubrimos que una dieta antiinflamatoria puede ser el primer paso hacia una vida con menos dolor y más energía.
¿Y lo mejor? No hablamos de pastillas ni dietas milagro, sino de comer de forma más consciente y natural, adaptado a ti.
¿Qué es una dieta antiinflamatoria y por qué puede cambiar tu salud?
La inflamación no siempre es mala. Es una respuesta natural del cuerpo para protegernos. Pero cuando esa inflamación se vuelve crónica, empieza a hacer daño: articula malestar, sube el peso, baja la energía, e incluso puede afectar al estado de ánimo.
La dieta antiinflamatoria busca justo lo contrario: reducir la inflamación interna, darle al cuerpo lo que necesita y evitar lo que lo irrita.
¿Y sabes qué? Muchas veces no se trata de comer menos, sino de comer mejor. Y eso cambia todo.
Señales de que podrías estar inflamado (y no lo sabes)
Muchas personas conviven con síntomas que creen “normales” o sin importancia, pero que pueden ser señales de alerta. Algunos de ellos son:
- Hinchazón abdominal frecuente
- Dolores articulares o musculares
- Dolor de cabeza o niebla mental
- Cansancio persistente
- Problemas digestivos (gases, acidez, estreñimiento)
- Retención de líquidos
- Dificultad para bajar de peso
¿Te suena? Entonces este artículo es para ti.
Alimentos que inflaman: los enemigos silenciosos
Aquí no hay verdades absolutas, porque cada cuerpo es único. Pero hay ciertos alimentos que, de forma general, suelen aumentar la inflamación en muchas personas:
- Azúcar refinado: no solo engorda, también irrita el intestino y dispara picos de glucosa.
- Harinas blancas: pan, bollería, pasta no integral… dificultan la digestión y provocan inflamación.
- Fritos y aceites vegetales refinados: como el de girasol o maíz.
- Ultraprocesados: esos productos con etiquetas interminables y poco reales.
- Alcohol: incluso en pequeñas cantidades puede alterar tu microbiota intestinal.
- Lácteos y gluten: en personas sensibles pueden ser altamente inflamatorios.
No se trata de prohibir todo, sino de detectar lo que a ti te sienta mal. Y ahí está la clave de una alimentación consciente.
¿Cómo saber qué alimentos me inflaman?
En consulta, lo que hacemos es observar y ajustar. No hay una única fórmula. Algunas personas toleran bien el pan de masa madre, otras no. Algunas disfrutan de un poco de queso sin problema, otras sienten hinchazón al instante.
Por eso, en Ankshu, creamos planes personalizados donde ayudamos a:
- Escuchar a tu cuerpo y detectar señales
- Hacer pruebas de exclusión si es necesario
- Reintroducir alimentos de forma controlada
- Diseñar un menú adaptado a tu estilo de vida
No hay una única dieta antiinflamatoria. Hay la tuya.
Alimentos antiinflamatorios: lo que tu cuerpo sí necesita
Ahora que sabemos qué evitar, vamos a lo importante: qué alimentos sí ayudan a reducir la inflamación y a sentirte mejor. La buena noticia es que no necesitas productos raros ni suplementos caros, solo volver a lo natural.
Alimentos antiinflamatorios que puedes incluir desde ya:
- Verduras de todos los colores: especialmente verdes, rojas y naranjas (espinaca, brócoli, zanahoria, pimiento).
- Frutas frescas y variadas: como frutos rojos, manzana, piña, mango o papaya.
- Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos crudos, semillas.
- Pescado azul: como salmón, sardinas, caballa. Ricos en omega 3, un potente antiinflamatorio.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias. Fuente de fibra y proteína vegetal.
- Cúrcuma y jengibre: ideales para condimentar platos y con efecto antiinflamatorio natural.
- Agua e infusiones suaves: mantener la hidratación también es clave para el equilibrio interno.
¿Cómo empezar una dieta antiinflamatoria sin agobiarte?
No se trata de cambiarlo todo en un día. Lo que recomendamos en Ankshu es empezar poco a poco:
- Revisa tu despensa: ¿hay productos que podrías reemplazar por versiones más naturales?
- Céntrate en añadir, no solo en quitar: incorpora más verduras, más frutas, más alimentos reales.
- Planifica tus comidas: improvisar te lleva a lo fácil, y lo fácil suele ser lo ultraprocesado.
- Escucha a tu cuerpo: si algo te hincha, te da sueño o te da hambre al rato… obsérvalo.
- Consulta con un profesional: porque no tienes por qué hacerlo sola/o, y cada cuerpo necesita cosas distintas.
En Ankshu Wellness Clinic tienes una ayuda real
Lidiar con inflamación, sobrepeso o molestias digestivas no tiene que ser tu normalidad. Hay otro camino. Uno donde aprendes a nutrirte de verdad, sin prohibiciones absurdas, sin culpa, sin obsesión.
En Ankshu te ofrecemos:
- Consulta nutricional personalizada
- Evaluación de síntomas, historial y estilo de vida
- Diseño de un plan antiinflamatorio realista y adaptado
- Seguimiento cercano y acompañamiento constante
Estamos en Sitges, y estamos para ayudarte.
Recomendaciones
- La inflamación silenciosa es más común de lo que crees, pero se puede tratar desde lo que comes.
- Una dieta antiinflamatoria no es una moda: es salud a largo plazo.
- No hace falta hacerlo perfecto, hace falta hacerlo con conciencia.
En Ankshu Wellness Clinic te acompañamos paso a paso para que te sientas mejor.
FAQs sobre dieta antiinflamatoria
Es un tipo de alimentación que reduce la inflamación del cuerpo a través de alimentos naturales, frescos y no procesados.
Disminuye molestias digestivas, reduce el dolor articular, mejora el estado de ánimo y favorece la pérdida de peso.
Azúcar, harinas blancas, ultraprocesados, alcohol, fritos y lácteos en personas sensibles.
Frutas, verduras, pescado azul, legumbres, grasas saludables como aceite de oliva y aguacate.
Sí, de hecho es ideal para personas con sobrepeso, ya que mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la retención de líquidos.
Lo recomendable es que sea personalizada, ya que cada persona tiene distintas necesidades y tolerancias.